30 de octubre de 2000

[Marruecos] Fez

Jueves, 19 de octubre de 2000.

Por la mañana, en Chaouen, nos levantamos y fuimos a desayunar al mismo sitio del día anterior. Hoy nos cobraron 25 dh. por el mismo desayuno que ayer valía 23 dh. ¿será la inflacción?.


Después pagamos el hotel y salimos en dirección a Fez. La carretera es mejor que la que hay de Ceuta a Chaouen. Está bien señalizada y tiene, en muchos trozos, el arcén asfaltado.


La llegada a Fez es más complicada. Las señales están en árabe y no queda más remedio que pararse y preguntar. Por fin llegamos a la oficina de turismo y nos metimos en el "Hotel Amor", en la ciudad nueva, cerca de la Avda. Hassan II y de la oficina de correos.

Nos dimos una ducha reparadora en el hotel y salimos andando hacia la medina de Fez.


La medina es parecida a la de Chaouen, pero más grande y enrevesada. Los "guías" locales insisten mucho en acompañarnos y ante la negativa se ofrecen a Jose como "maridos". Vimos un par de puertas muy bonitas y la mezquita Qaraouiyne desde 2 o 3 de sus entradas.


Ahora estamos fuera del zoco, en una plaza tomando tés de menta, que echaremos de menos cuando volvamos a España.


Los salones de té o cafés están llenos de hombres tomando té y charlando.


Nos volvemos al hotel después de una larga caminata a descansar un poco y fumar un chirri pues, al contrario que en Chaouen, no se ve ni se huele a los hombres fumando hachis.

Esto es una gran ciudad. Millón y pico de habitantes. Es muy distinto que el pueblo, si hay horarios (casi europeo). De hecho al salir a cenar, sobre las diez, nos encontramos que las calles estaban casi desiertas y los negocios cerrados. Estamos en la parte nueva de la ciudad. No sé si la medina sigue teniendo "ambiente".

Viernes, 20 de octubre de 2000.

Nos levantamos temprano, como casi siempre, sobre las 8,30. Ya hay muchísima luz, aunque todavía está fresco. Desayunamos en el hotel por 40 dh., zumo de naranja de bote, pan, margarina, mermelada, unos bollos parecidos de sabor al croisant, café muy clarito y leche. Paseamos la avenida llena de tiendas y cafés, buscando una guía de Marruecos mejor que la que teníamos. La compramos. Nos dirigimos a la medina pensando en contratar un guía, pues es un auténtico laberinto y te puedes perder durante horas sin llegar a ver los lugares más interesantes, bonitos y especiales.


El primer chico que se nos acercó se ganó 50 dh. y unos cuantos cigarrillos. visitamos todo lo que recomiendan las guías y aunque todo me pareció precioso, tengo que decir que no ha llegado a impactarme. (lo que más lo hizo fue el pestilente olor de los curtidores de cuero).





Es todo impresionante, el trabajo que hacen en madera increible -todo calado, trabajado, incrustado, es una preciosisdad-. Luego los azulejos, los mármoles, suelos lindísimos, las tejas de cerámica verde, puertas enormes, los estucados, ... pero está todo en tan mal estado de conservación que no puedes apreciarlo, por lo menos no del todo. La puerta al Moulay Idriss fue lo más bonito, con diferencia.


Dicen las guías que Marruecos es el paraíso de los sentidos. y el del olor creo que se lleva la palma. Por lo menos hasta ahora, los malos son como los de mi ciudad, pises, basura, mierda, pero los buenos son una auténtica pasada: la comida huele genial, todo lo que preparan en los puestos de comida del zoco huele bien, también las aceitunas, las especias, las hierbas (menta, hierba luisa) que están por todas partes, las frutas. Maravilloso. Aunque aquí se perdió el del hachis y el del kifi.


Hoy comimos bocadillos en la calle, bueno en un café frente a un puesto de bocatas del zoco. Los bocatas, enormes, eran de pan de aquí, que es como una torta, lleno de carne picada, tomate y cebolla, aceitunas y berenjena frita en rodajas, etc. Estaba muy bueno pero los precios son de escándalo comparado con los que habíamos pagado en Chaouen. los 2, 40 dh.

No hay comentarios:

Publicar un comentario